La varices o venas varicosas son venas superficiales deformadas y dilatadas que se encuentran generalmente en las piernas. Son una patología muy común, afectando aproximadamente a una de tres personas. Esta prevalencia puede llevar a la difusión de información incorrecta y falsas creencias. Es por ello que la Dra. Martín Herrero, especialista en Angiología y Cirugía Vascular, nos desmiente en este artículo ocho mitos sobre las varices.
Pero, ¿porqué aparecen? Las venas tienen la función de recoger la sangre y conducirla de nuevo hacia el corazón, gracias a sus válvulas que mantienen la sangre fluyendo en el sentido adecuado. Cuando las paredes de las venas y sus válvulas se debilitan, la sangre no fluye bien y provoca un cúmulo de sangre dentro de la pierna que hace que las venas se dilaten y que se puedan hacer visibles y palpables.
Mito 1: Las varices son solo un problema estético.
Aunque las varices empiezan como una dolencia que desfavorece visualmente la pierna, realmente se trata de una patología causada por un mal funcionamiento de las venas de retorno. Aparecen por un fallo en las válvulas de la vena, lo que provoca su dilatación a causa de la sangre acumulada.
Es por ello que si no son tratadas, pueden llegar a provocar complicaciones para su salud.
Mito 2: Cruzar las piernas provoca varices.
Las varices son causadas por válvulas dañadas, y cruzar las piernas no las daña. Por tanto, esta postura no causa varices.
Sin embargo, una buena circulación sanguínea es clave para tener unas piernas sanas y cruzarlas genera presión y contracción, empeorando la circulación.
Mito 3: Sólo las mujeres tienen varices
Si bien es cierto que esta patología tiene mayor incidencia en las mujeres debido al factor hormonal (entre 3 y 5 veces más), los hombres también sufren de venas varicosas: concretamente el 35% de los hombres españoles.
La creencia de que solo las sufren las mujeres se debe a que los hombres les suelen prestar menos atención, ya que lo consideran algo puramente estético, están desinformados y no les afectan a su día a día. Por eso tienden a solo recurrir al profesional sanitario cuando las varices son de gran tamaño y presentan sintomatología, cosa que les pone en mayor riesgo.
Mito 4: Si las varices no duelen no hay que operarse.
Aunque a veces las varices pueden no ser una amenaza para la salud, en ocasiones pueden ser peligrosas o puede que lo sean con el paso del tiempo y el aumento de factores de riesgo.
Para saberlo, debemos programar cita con un especialista en Angiología y Cirugía Vascular.
Mito 5: El embarazo causa varices.
El embarazo puede afectar el flujo sanguíneo y empeorar el estado de las venas debido al aumento de la presión sobre la pelvis y las piernas. Este estado suele ser temporal y las venas acaban por desaparecer.
En caso de padecer varices previamente al embarazo, sí que pueden aumentar durante éste. Para controlarlas se aconseja llevar medias compresivas y en algunos casos se recomienda la cirugía antes o después del embarazo.
Mito 6: Los masajes combinando agua caliente y fría son beneficiosos.
El calor provoca una dilatación de las venas, así que no resultan nada recomendables. Es mejor hacer masajes o duchas solo con agua fría y templada, ya que contrae las venas más superficiales. Es también por este motivo que los síntomas de las varices mejoran en invierno gracias al descenso de las temperaturas.
Mito 7: A los deportistas les salen varices en las extremidades.
El exceso de ejercicio físico hace que llegue mayor volumen de sangre a las arterias para poder cubrir las necesidades de oxígeno de los músculos. Con el paso del tiempo, esto provoca un mayor desarrollo de las venas, dilatándolas, y en ocasiones se confunden con varices.
Hacer ejercicio es importante para mejorar la circulación, ya que se activa la circulación de retorno y la sangre no queda estancada, previniendo así la aparición de varices.
Mito 8: El único tratamiento es la cirugía.
No todas las varices son iguales y, por tanto, el tratamiento puede diferir entre unos pacientes y otros. Actualmente existen varias opciones de intervenciones en función del tipo y grado de variz. Existen técnicas mínimamente invasivas con resultados idénticos a los de las operaciones quirúrgicas, como el láser endovenoso y la radiofrecuencia.
En Paracelso Sagasta contamos con un equipo altamente especializado y con tecnología de última generación para la detección y tratamiento de las varices. Nuestros especialistas en Angiología y Cirugía Vascular estudiarán tu historial clínico, valorarán tus síntomas y realizarán una exploración para poder evaluar tu caso y pautar una terapia personalizada. Pide cita hoy.