En el campo de la medicina, es común escuchar los términos “artritis” y “artrosis” cuando se trata de casos relacionados con las articulaciones. ¿Pero sabes en qué consiste cada una? Muchas personas, en el lenguaje coloquial, confunden el significado de estas palabras o las utilizan indistintamente, pero existen diferencias entre la artrosis y la artritis bastante significativas.
En este artículo de Paracelso Sagasta exploraremos estas disimilitudes, profundizando en los síntomas de cada una y también en sus opciones de tratamiento.
¿Qué es la artrosis?
En primer lugar, nos centraremos en la artrosis. La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se produce generalmente por el desgaste y el deterioro gradual del cartílago que rodea los extremos de los huesos.
A medida que el cartílago se desgasta, los huesos pueden rozar directamente entre sí, lo que provoca dolor, rigidez y limitación en el movimiento de las articulaciones. A diferencia de la artritis, la artrosis no es una enfermedad inflamatoria.
Síntomas de la artrosis
¿Crees que podrías padecer artrosis? En ese caso, quizás hayas experimentado alguno de los síntomas más comunes de esta enfermedad:
- Dolor en las articulaciones afectadas, que puede ser agudo o crónico.
- Rigidez en las articulaciones, sobre todo después de periodos de inactividad.
- Dificultad para mover las articulaciones.
Tratamiento de la artrosis
El objetivo principal del tratamiento de la artrosis es aliviar ese dolor, mejorar la función de nuestras articulaciones y, sobre todo, retrasar en la medida de lo posible la progresión de esta enfermedad. Algo que puede lograrse mediante:
- Analgésicos y antiinflamatorios no esteroides (AINE). Sirven para reducir el dolor y la inflamación asociados a la artrosis.
- Terapia física. Los programas de terapia física pueden ayudar a fortalecer los músculos que rodean las articulaciones afectadas por la artrosis, mejorando la movilidad. Se suele recomendar la realización de ejercicios de bajo impacto, como la natación o el ciclismo.
- Terapia ocupacional. Los terapeutas ocupacionales pueden proteger tus articulaciones, minimizando su estrés diario.
- Pérdida de peso. En caso de sobrepeso u obesidad, perder peso puede ayudarte a reducir la presión sobre las articulaciones afectadas, aliviando los síntomas de la artrosis.
En algunos casos más graves, se pueden administrar inyecciones intraarticulares de corticosteroides o ácido hialurónico para aliviar el dolor y mejorar la función articular. Otros, incluso, requieren cirugía, como la artroplastia -reemplazo de la articulación- o la artroscopia, para limpiarla o repararla. Por eso es fundamental consultar a un médico especialista para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado a cada situación.
¿Qué es la artritis?
Ya conoces la información más relevante acerca de la artrosis y, ahora bien, ¿qué hay de la artritis?
La artritis es una enfermedad inflamatoria que afecta también a las articulaciones y puede ser causada por varios factores, como el sistema inmunológico, infecciones, lesiones o desgaste.
La artritis se caracteriza por la inflamación la membrana sinovial que se encuentra en el interior de las articulaciones. En consecuencia, se producen “derrames” por el aumento de líquido sinovial, lo que provoca dolor, rigidez, hinchazón y dificultad para mover las articulaciones afectadas.
Si la artritis persiste, puede dañar el cartílago, el hueso, los ligamentos y los tendones que rodean la articulación. Esta afección puede tener un impacto muy negativo en la calidad de vida de quienes la padecen.
Síntomas de la artritis
Aunque pueden variar en intensidad y duración, entre los síntomas más comunes de la artritis están:
- Dolor articular. Es uno de los síntomas más prominentes de la artritis, y puede variar desde un dolor leve y persistente hasta un dolor intenso y agudo.
- Inflamación. Las articulaciones afectadas por artritis pueden mostrar signos visibles de inflamación, como hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad al tacto.
- Rigidez articular. Muchas personas con artritis experimentan rigidez en las articulaciones afectadas, especialmente por la mañana o después de periodos prolongados de inactividad. Esto puede crear una sensación de restricción o bloqueo en la articulación, lo que dificulta las actividades más cotidianas.
- Deformidades articulares. En casos más avanzados de artritis, es posible que se observe deformidad en las articulaciones afectadas por cambios en la estructura ósea o por el desgaste del cartílago.
- Fatiga y debilidad. La inflamación crónica y el dolor constante afectan normalmente al estado de ánimo, el sueño y el nivel de energía.
Principales diferencias entre artritis y artrosis
Ahora que ya hemos expuesto los puntos clave de ambas enfermedades, habrás reparado en que, aunque comparten algunos síntomas comunes, existen diferencias entre artrosis y artritis muy importantes, como por ejemplo:
- Causa: La artritis puede tener diversas causas, como problemas del sistema inmunológico, infecciones o lesiones. En cambio, la artrosis guarda más relación con la genética y se suele producir a raíz del desgaste del cartílago en las articulaciones, ya sea por envejecimiento, uso excesivo o lesiones anteriores.
- Inflamación: La artritis se caracteriza por la inflamación de las articulaciones, lo que se traduce en la hinchazón de la zona afectada. En la artrosis, no siempre se produce inflamación, y nunca es tan prominente.
- Tipo de dolor: En la artritis, el dolor puede ser constante y se puede sentir incluso en reposo. En la artrosis, el dolor es más notable cuando realizamos actividad física o movemos las articulaciones.
- Localización de las articulaciones afectadas: Mientras la artritis puede afectar varias articulaciones en todo el cuerpo -manos, rodillas, caderas y columna vertebral-, la artrosis tiende a ser más localizada. Esta última afecta con mayor frecuencia a las articulaciones que soportan peso, como las rodillas y las caderas.
- Cura: Como enfermedad crónica degenerativa, la artrosis no tiene cura y su tratamiento se limita a minimizar los síntomas. Pero, afortunadamente, algunos casos de artritis pueden remitir.
La importancia de acudir a un reumatólogo
Como has podido comprobar, artrosis y artritis son dos patologías articulares distintas, y estas pueden darse por separado pero también coexistir en el mismo paciente. Si crees que puedes sufrir alguna de estas enfermedades es conveniente que acudas a un profesional que te garantice un pronóstico adecuado.
Sabemos que el dolor, la hinchazón o la rigidez de tus articulaciones pueden estar limitando tus actividades diarias y afectando a tu calidad de vida, por eso en Paracelso Sagasta nuestro objetivo es brindarte el mejor cuidado médico y ayudarte a encontrar alivio y bienestar en tu día a día. Para ello contamos con una unidad de Reumatología preparada para atenderte, estudiar tus síntomas y ofrecerte el mejor tratamiento posible para tu caso concreto.
Nuestros profesionales, como el doctor Jesús Marzo, están altamente especializados en patologías inflamatorias crónicas y trastornos autoinmunitarios, y realizan siempre una valoración exhaustiva para encontrar el origen de tu problema y poder resolverlo de forma personalizada. Puedes pedir cita con una llamada telefónica al 976 21 81 31 o a través del Portal de Salud Online.
