La hipertensión, comúnmente conocida como presión arterial alta, es una patología crónica que ocurre cuando la fuerza con la que la sangre fluye a través de las arterias es más alta de lo normal. Afecta cerca de un tercio de la población adulta española y conforma uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Al ejercer presión adicional en el corazón y los vasos sanguíneos, aumenta el riesgo de padecer ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares u otras enfermedades del corazón. Es por ello que resulta crucial prevenir y controlar esta patología a través de revisiones médicas regulares.
El Dr. Gracia Balaguer, especialista en Cardiología de Paracelso Sagasta, nos explica en el siguiente artículo en qué consiste la hipertensión, cómo detectarla y qué tratamiento se debe seguir.
Síntomas de la hipertensión
Los síntomas más habituales suelen ser silenciosos en etapas tempranas, lo que significa que la mayoría de las personas no experimentan señales evidentes.
Sin embargo, en casos más avanzados o cuando la presión arterial alcanza niveles extremadamente altos, algunos síntomas pueden incluir dolores de cabeza persistentes, mareos, zumbidos en los oídos, visión borrosa, fatiga, dificultad para respirar y palpitaciones.
Diagnóstico de la hipertensión
Dado que la hipertensión arterial es una patología que puede tener consecuencias graves si no se controla adecuadamente, es fundamental realizarse revisiones médicas regulares y monitorear la presión arterial de manera periódica, especialmente si la persona cuenta con factores de riesgo como antecedentes familiares, obesidad, altos niveles de estrés, una dieta poco saludable o falta de actividad física.
Esta afección se detecta a través de la medición repetida de la presión arterial. Un profesional de la salud basará su diagnóstico en el promedio de dos o más lecturas de la presión tomadas en diferentes ocasiones de la misma manera. De manera general, se considerará que el paciente es hipertenso si los valores resultantes superan los 140/90 mmHg.
Tratamiento de la hipertensión
El tratamiento de la presión arterial alta generalmente implica cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicamentos. Los especialistas recomiendan seguir una dieta baja en sodio, rica en frutas, verduras y alimentos integrales, así como mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, reducir el consumo de alcohol y dejar de fumar.
Además, es esencial controlar la presión arterial regularmente y seguir las indicaciones médicas para el uso de medicamentos, si necesario. La combinación de estos enfoques ayuda a mantener la presión arterial bajo control y reduce el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
En definitiva, la medida más eficaz para evitar padecer hipertensión arterial es la prevención, siendo el diagnóstico precoz un factor clave para reducir los riesgos asociados a esta patología crónica y mejorar la salud cardiovascular.
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