En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020, un 5,4 % de la población ha sufrido algún tipo de cuadro depresivo, lo que equivale a aproximadamente 2,1 millones de personas. Atendiendo a la severidad de la sintomatología, 230.000 se consideran graves.
Según el citado estudio, la prevalencia de la depresión en mujeres duplica a la de hombres (7,1 % frente a 3,5 %) y en los casos con severidad grave las mujeres triplican a los hombres: por cada caso grave en hombres hay 3,5 que son mujeres.
La lucha contra esta enfermedad mental tan común cuenta con una jornada para su visibilización y concienciación, el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se celebra cada 13 de enero. Coincidiendo con el mes en el que suelen crecer los casos de depresión y de ansiedad, principalmente, debido a factores tan variados como el frío, la falta de luz, el fin de las vacaciones navideñas o la situación económica conocida como “la cuesta de enero”. Pero, no solo sucede en España, de hecho, los países anglosajones utilizan términos como ‘Winter Blues’ o ‘January Blues’ para referirse a este fenómeno relacionado con un Trastorno Afectivo Estacional.
¿Qué es la depresión?
La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por un estado de ánimo deprimido (con tristeza, irritabilidad, sensación de vacío…) y una pérdida del disfrute o del interés en actividades. Según la Organización Mundial de la Salud, un 5% de la población mundial la padece.
Como defienden los especialistas, la depresión no es tristeza. La tristeza es una emoción y tiene un carácter adaptativo. Por ejemplo, es normal sentirla cuando hemos sufrido una pérdida o nos enfrentamos a un cambio.
Sin embargo, cuando nos enfrentamos a una tristeza que no remite o que no guarda una proporción con lo que estamos viviendo, es cuando es posible que lo que se esté padeciendo sea depresión. Al contrario que la tristeza, la depresión es una enfermedad.
La ansiedad también se diferencia de la depresión
La ansiedad es un mecanismo adaptativo necesario que nos permite ponernos alerta ante situaciones en las que te sientes amenazado por un peligro inminente y permite a la persona adoptar las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza. Como indica la psicóloga en Paracelso Sagasta Eva Serrano Gotor en este artículo sobre la ansiedad, ésta no es mala de por sí, sino que está creada para situaciones muy peligrosas y para situaciones normales, pero que necesitan que estemos activados.
Sin embargo, cuando utilizamos esa ansiedad ante momentos inadecuados o en situaciones que “no son peligrosas” o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona se convierte en patológica y se considera un trastorno.
El Trastorno Afectivo Estacional (TAE)
Este trastorno es un tipo de depresión que ocurre en una época del año concreta, normalmente en invierno. Es menos común, pero también puede suceder en verano.
Además de los factores sociales, también entran en juego factores fisiológicos: en invierno, nuestro cuerpo produce más melatonina, que estimula el sueño, y menos serotonina, que es la comúnmente conocida como la “hormona de la felicidad”.
Síntomas de la depresión
Como hemos visto, la depresión no es equivalente a los episodios de tristeza más o menos cortos que todos experimentamos ocasionalmente, sino que es un sentimiento más intenso, prolongado y desagradable. Según la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), estos son algunos de los síntomas más habituales:
- Pérdida de interés en la vida.
- Dificultad para tomar decisiones.
- Imposibilidad para sobrellevar los problemas como antes.
- Agotamiento.
- Inquietud y agitación.
- Pérdida de peso y apetito.
- Dificultades para conciliar el sueño.
¿Por qué hay más casos de depresión en invierno?
Muchos la llaman depresión post navidad, depresión invernal o depresión de la cuesta de enero, pero lo cierto es que cuando hablamos de depresión hacemos alusión por lo general a sentimientos intensos y más prolongados en el tiempo que la tristeza puntual. En cualquier caso, los expertos coinciden en señalar enero como un mes en el que aumentan los casos de depresiones, unidas al final de la Navidad, la vuelta a la rutina y el tiempo desapacible, especialmente, sin sol, un extraordinario generador de endorfinas.
¿Cómo combatir la depresión?
Practicar ejercicio y evitar el sedentarismo, mantener una buena higiene del sueño, asegurar una buena alimentación, restringir la ingesta de alcohol, fijar objetivos realizables o marcarse una rutina para acciones como levantarse, acostarse o comer. Son gestos que pueden ayudarnos a sentirnos mejor.
Además, como incide la SEP en el documento “Puntos clave de la depresión”, del Royal College of Psychiatrists, hay que intentar mantener la esperanza y recordar que se trata de “una experiencia muy frecuente y que se recuperará de ella, probablemente más fuerte y más capaz de arreglárselas que antes”.
Por supuesto, tratar de hablar con alguien próximo y de confianza sobre nuestros sentimientos también puede ayudar a que nos sintamos mejor.
Si la depresión viene acompañada de otros síntomas, los consejos de nuestros profesionales en Paracelso Sagasta incluyen centrarse en el presente, llevar una vida saludable, planificar las tareas de forma racional, ocupar el tiempo libre con actividades agradables, hablar sobre cómo nos sentimos o registrar cuándo, cómo y por qué aparecen los síntomas de la ansiedad, para poder identificar qué es lo que la provoca y actuar en consecuencia.
En este caso, como en el de la depresión, es recomendable consultar a un profesional y normalizar asistir a terapia.
Si buscas la ayuda de un profesional, aquí puedes concertar una cita con nuestro equipo de Psicología.