El desgarro o esguince del ligamento cruzado anterior es una de las lesiones de rodilla más comunes, sobre todo, entre las personas que practican deportes de impacto y que exigen mucho trabajo a esta articulación, como por ejemplo el baloncesto, el esquí o el fútbol.
Por la importancia de este ligamento en el buen funcionamiento de la rodilla y por las lesiones derivadas en otras partes de la articulación que se pueden originar si el ligamento está afectado, es muy recomendable comprobar su estado en la consulta del traumatólogo, en el caso de que se haya sufrido un golpe o ante molestias en la zona.
¿Qué es el ligamento cruzado anterior?
El ligamento cruzado anterior es una banda de tejido, de fibras de colágeno, que se sitúa de manera oblicua entre la tibia y el fémur. Junto con el ligamento cruzado posterior forma una X en el centro de la rodilla y ambos se encargan de controlar los movimientos hacia adelante y hacia atrás de la articulación.
En concreto, el ligamento cruzado anterior hace de freno del desplazamiento de la tibia, además de limitar su rotación y la angulación de la rodilla. Es, por otro lado, el ligamento de la articulación que más se lesiona.
Sus daños pueden ser fruto de una mala caída o de un parón brusco durante una carrera, pues las desaceleraciones abruptas o los cambios fuertes de dirección de la rodilla son una causa frecuente de la rotura.
¿En qué consiste la lesión del ligamento cruzado anterior?
El daño en el ligamento puede ir desde un estiramiento leve y su desgarro parcial hasta su rotura total e incluso su desprendimiento del hueso. Este tipo de lesiones en los ligamentos están consideradas como esguinces.
En cuanto a su grado, se clasifican en:
- Esguince de grado 1: Se considera este grado cuando el ligamento sufre un leve estiramiento, pero todavía sigue prestando estabilidad a la rodilla.
- Esguince de grado 2: En este caso, el ligamento ya sufre un aflojamiento y generalmente se observa ya su desgarro parcial.
- Esguince de grado 3: Este grado es el de mayor gravedad y el ligamento se encuentra completamente desgarrado, ya sea por su desprendimiento de la masa ósea o por su rotura.
Síntomas de la rotura del ligamento cruzado anterior
La rotura del ligamento cruzado anterior se manifiesta con diferentes signos. Uno fácilmente identificable es que, en el momento de la lesión, la persona que la sufre puede sentir esa rotura e incluso escuchar un chasquido.
Además, esta dolencia en el ligamento puede conllevar aparejada la sensación de que la rodilla falla, dolor e inflamación, dificultades a la hora de apoyar la pierna y problemas al doblar y estirar la articulación.
Diagnóstico del ligamento cruzado anterior
El diagnóstico del ligamento cruzado anterior suele implicar una serie de pasos que comienzan con un examen físico y pueden incluir pruebas de imagen.
En primer lugar, el traumatólogo realizará varias pruebas físicas:
- Prueba de Lachman: Esta prueba se realiza con el paciente acostado boca arriba y la rodilla doblada a 30 grados. El médico estabilizará el muslo con una mano y tirará de la tibia hacia delante con la otra mano. Si el LCA está roto, la tibia se moverá más de lo normal.
- Prueba de cajón anterior: Similar a la anterior, esta prueba se lleva a cabo con el paciente acostado boca arriba, pero con la rodilla doblada a 90 grados.
- Prueba del pivot shift: Consiste en mover la rodilla del paciente de ciertas formas mientras se aplica presión. Si el LCA está dañado, la tibia puede «saltar» hacia atrás en su lugar cuando la rodilla se extiende desde una posición doblada.
Y, si estas pruebas físicas indican una posible lesión del LCA, se pueden realizar ciertas pruebas de imagen para confirmar el diagnóstico y evaluar el alcance del daño:
- Resonancia magnética (RM): Una RM puede proporcionar imágenes detalladas de los ligamentos de la rodilla y es la prueba de elección para diagnosticar una lesión del LCA.
- Rayos X: Aunque los rayos X no pueden mostrar una lesión del LCA, pueden ser útiles para identificar si hay fracturas óseas asociadas.
- Artroscopia: En algunos casos, el médico puede usar una pequeña cámara para examinar el interior de la rodilla.
Es importante tener en cuenta que, aunque estas pruebas pueden ser muy útiles, el diagnóstico final y el plan de tratamiento se basarán en una combinación de los resultados de las pruebas, los síntomas del paciente y las circunstancias individuales.
En Paracelso contamos con equipos de traumatología para evaluar de forma precisa este tipo de lesiones. Además, nuestro personal especializado realiza pruebas diagnósticas como la RM.
Tratamientos de la lesión del ligamento cruzado anterior
El ligamento cruzado anterior no regenera por sí mismo y el tratamiento para su curación dependerá de diferentes factores, como el tipo de lesión, la edad del paciente y la actividad física que desarrolla.
Tratamiento quirúrgico
El tratamiento quirúrgico consistirá en una cirugía reconstructiva del ligamento. Esta operación consiste en la sustitución del tejido dañado por un injerto y se lleva a cabo mediante una artroscopia.
Mostrar un estilo de vida activo, que la lesión esté generando una afección en el resto de la articulación o que la persona que ha sufrido la rotura practique deportes en los que la rodilla se somete a ejercicios intensos pueden ser factores que recomienden el tratamiento quirúrgico.
Tratamiento no quirúrgico
Por el contrario, si el paciente es de una edad avanzada y practica poco deporte, si la rodilla sigue ofreciendo una buena estabilidad y si no se hallan afecciones en otra parte de la articulación derivadas del esguince, entre otros factores, se puede optar por el tratamiento no quirúrgico.
Este consistirá en sesiones de rehabilitación, el uso de rodilleras y el adaptar el estilo de vida y de práctica deportiva a las necesidades de la recuperación de la lesión.
La especialidad de Rehabilitación y fisioterapia de Paracelso Sagasta cuenta con tecnologías de última generación y un equipo multidisciplinar de especialistas en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de múltiples patologías que provocan una discapacidad física en el paciente. Nuestro objetivo es ofrecer a nuestros clientes un plan personalizado que permita la recuperación óptima del área corporal afectada.
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